Instantes de Pasión: Los Retratos Flamencos de Estela García

Empecé a trabajar con técnicas antiguas porque con la fotografía a color no me encontraba muy cómoda. Había estado haciendo durante muchos años blanco y negro y, para experimentar con el color, decidí investigar qué era el inicio del color en la fotografía. Y me encontré con que se coloreaban los negativos a mano, se positivaban sobre un papel especial…”

Así que comenzó a producir sus imágenes de esa forma, trabajando y mejorando sus técnicas durante 5 años en los que llegó a la emulsión de nitrato de plata. Esta técnica permite al fotógrafo  aplicarla en diferentes soportes, lo que proporciona unas posibilidades en las que el papel se queda corto. Dice que se emocionó, y es que ante su descubrimiento, llegó su idea: Paisajes Flamencos, donde trabajó este método sobre madera. Su proceso creativo pasa por tratar la madera de una forma muy plástica y luego trabajarla como si se tratase del propio papel fotográfico, pero el sorporte le añade al resultado final un carácter único y especial que ata el concepto de volver a las raíces y retomar lo antiguo, común en su obra y en el propio flamenco.

Por esto busco las técnicas antiguas en mi trabajo, me gusta mucho trabajar en el cuarto oscuro, en el laboratorio, porque es una especie de santuario: un lugar donde nadie te interrumpe, donde todo el mundo sabe que cuando esa puerta está cerrada, no se puede abrir. Es una forma de trabajar que me gusta muchísimo más que delante de un ordenador."

Para ella, esta paciencia e investigación son primordiales en su obra. En un mundo en el que la información y la comunicación van tan deprisa que casi nos ahogan, en la que con un solo click conseguimos foto con filtro y efecto, ella apuesta por la individualidad y el investigar sobre lo que se hacía hace más de 200 años. Anima a los artistas a salir del encapsulamiento, aunque a veces sea una sensación vertiginosa, pero lo considera necesario para poder ser críticos, no sólo con el mundo, sino con nosotros mismos.

Cuando hablamos del flamenco, su emoción se hace presente casi tanto como cuando habla de fotografía: “El flamenco siempre ha sido un lenguaje que me ha emocionado en todos los sentidos y ámbitos, pero, sobre todo, siempre me ha emocionado la fuerza, la autenticidad y, sobre todo, la raza. Lo mejor que tiene la fotografía en el flamenco es, por ejemplo, cuando fotografías un escenario, ser capaz de capturar ese momento único con el que no necesitas ver todo el espectáculo para saber qué ha querido contar el bailaor o qué ha querido cantar el cantaor en ese recital. Con el retrato, en cambio, te mueves en un ámbito más sereno, busco la mirada, la naturalidad y la fuerza de sus rasgos.”

La mirada del fotógrafo en el escenario debe de ser rápida y voraz."

Pero no sólo el flamenco protagoniza sus imágenes. Como enamorada de Almería que es, algunas de sus colecciones tienen por protagonista el paisaje almeriense, retratados a través de una técnica basada en el uso de película ortocromática, insensible a la luz roja, logrando un efecto único. Descubrió esta técnica investigando para realizar su proyecto de fin de carrera, y esta le proporcionó una matrícula de honor, lo que la hace enorgullecerse. Tiempo después, cuando empezó a viajar y capturar paisajes con su cámara, pensando que les faltaba algo, le dio ese giro personal que busca en su obra con esta técnica, dando lugar a su colección Paisajes de Luz.

En las propias escuelas de fotografía hay problemas para enseñar todo lo que se puede hacer con ella."

A pesar de su pasión por las raíces, le entusiasma el hecho de que, gracias a la facilidad para acceder a la tecnología que existe hoy en día, cualquiera pueda crear y contar sin encontrar trabas para conseguir los medios necesarios, aunque echa de menos más difusión y apoyo, ya que, considera, vivimos en la era de la comunicación y la información y siguen existiendo carencias a la hora de dar a conocer a los artistas y su obra.

Precisamente, movida por el deseo de encontrar un espacio multicultural, social y plural en Almería como los que encontraba en otras ciudades, fundó junto a sus dos socios, Jesús Gómez y Manuel García, hace ya 5 años, “La Guajira”, donde precisamente el flamenco era el punto de unión entre los 3 y los llevó a conocerse.

No luchamos por nuestra cultura. La única forma de conservar un patrimonio es que los padres hagamos un esfuerzo porque nuestros hijos tengan esa riqueza y esa historia."

Por la misma razón por la que se nombra un arte como el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, Estela nos invita a investigar, a retroalimentarnos: que el periodista hable del artista, que el artista de a conocer al artesano, que todos nos apoyemos a todos en la tarea de preservar historia, cultura y técnicas para que, el día de mañana, aquellos que lleguen nuevos al mundo, no se pierdan las grandes cosas que ofrecía antes de que ellos nacieran. Y nosotros os invitamos a conocer su obra.