7 Cosas que hacer cuando aprieta el viento en Almería

Comunmente, oímos hablar de 2 tipos de viento: Levante y Poniente. El Levante es un viento cálido que viene del Este, suele ser cálido y fuerte. Mientras tanto, el viento de Poniente, viene de Oeste y es un viento más fresquito y suave. Según la zona de la provincia en la que te encuentres, tendrá un efecto sobre el mar: con Levante el mar en Cabo de Gata está más calmado, mientras que el Poniente suele levantar oleaje. En zonas como San José, es justo al contrario. Como siempre hay alguien descontento con el viento que hace, se dice que "Almería es hija de dos madres: la madre que parió al Poniente, y la madre que parió al Levante."

Deportes de vela
Esta es más que obvia y es quizás la más popular en nuestra provincia. El windsurf, kitesurf o incluso el windskate son algunos de los deportes que más tirón tienen en Almería ya que ofrece días de viento óptimos para aprovechar las velas y las cometas. Tanto es así que muchas de las grandes figuras de estos deportes los ha dado Almería. Es el caso de Víctor Fernandez (El Ejido), Campeón del Mundo 2010 de Windsurf. O de los mojacareños Osaïa y Sebastien Reding (padre e hija), que obtuvieron respectivamente oro y bronce en sus categorías en el Campeonato de España de Kitesurf. Como ves, tenemos nivelazo, así que, ¡anímate!

Volar cometas
Claro, esta venía después. Es casi extraño no ver el cielo almeriense mucho más colorido por las cometas. Aprovecha estos vendavales o brisas constantes para aprender a volar cometas. Además, no sólo son una actividad genial para hacer en familia, sino que puedes llevar al límite la diversión fabricando las tuyas propias. Deja volar tu imaginación y fabricando las tuyas propias. Llena el cielo de color ¡a los más pequeños les va a encantar!

Observar las nubes
Quizás no te hayas fijado, pero los días que el viento mueve las nubes con ímpetu, estás bailan su canción arremolinándose y dando lugar a todo un espectáculo paisajístico. Busca un ratito para desconectar un poco y tumbarte al aire libre tranquilamente a observar este cambiante escenario. Usa tu imaginación para buscar formas en sus movimientos o simplemente relájate con su baile pausado pero constante.

Probar peinados nuevos
Si de alguien es enemigo el viento es de nuestro pelo, ¿a quién se le ocurre llevar la melenaza suelta con este vendaval? Si estás un poco aburrida (o aburrido, claro) de la coleta o un moño rápido, puedes buscar entre la cantidad de tutoriales que encontrarás en internet, un montón de estilos nuevos y alucinantes para mantener tu pelo en su sitio cuando sopla fuerte. Los trenzados elaborados están de moda, de ello se han encargado personajes como Lagertha (Vikingos) o Daenerys (Juego de Tronos), y hay muchísimos súper fáciles de hacer y con un aspecto alucinante. ¡A trenzar!

Practicar fotografía
A día de hoy, está al alcance de cualquiera hacer fotos y darlas a conocer entre un montón de gente en las redes sociales. Cada vez buscamos más estética en las fotos y ser más originales para que tengan más éxito en las redes. Por eso, te proponemos que aproveches el viento para dar rienda suelta a tu creatividad, tanto si te dedicas a la fotografía como si sólo es un hobby. Captura el momento en el que el viento juega con los elementos, dándole un aspecto único: una melena larga, la ropa, cintas… ¡tú eres el artista!

Campanillas de viento
Otra vez, los días de viento pueden servirte como fuente de inspiración. Esta vez, te proponemos una actividad de lo más entretenida: fabrica tus propias campanillas de viento. Es realmente sencillo, y puedes hacerlas casi con cualquier cosa, desde elementos naturales como ramas y caracolas y conchas, hasta de materiales reciclados como latas o chapas. Una manualidad que puedes hacer tanto para decorar un rincón de casa, como para motivar la creatividad de los más pequeños. Recuerda buscar materiales que produzcan un sonido con el viento que te resulte agradable o, irremediablemente, acabarás cansándote en nada de tus campanillas.

Entrenar tus reflejos
A medias entre la broma y la cruda realidad, tenemos el clima perfecto para practicar muy en serio nuestra capacidad de reacción, atento: comida con los amigos al aire libre y, por no fregar, usando platos desechables, de esos que vuelan con la más mínima brisa. Parece que está todo calmado y, de repente, ¡todo comienza a volar por los aires! Hasta ese momento, no te habías dado cuenta de que puedes parar en el aire un plato de migas volador mientras sigues bebiéndote traquilamente un vaso de sangría, ¡este talento que tenemos los almerienses habrá que explotarlo de alguna manera!

Y es que, aunque nos quejemos cuando el aire aprieta, nuestra tierra nos ha criado de una forma especial, con sus más y sus menos. Porque resoplamos cuando hace mucho viento y nos chafa un plan, pero cuando viene alguien de fuera sí que decimos, casi orgullosos, “sí, sí, es que aquí hace un viento que no hace en otros sitios, ¿eh?”, aunque sabemos que eso supone llegar a casa con peor pinta que un extra de Walking Dead si has tenido el valor de salir a la calle.